ARTÍCULOS DE REVISIÓN
Rendimiento académico y ambiente educacional en ciencias de la salud
Ana Mikal Toala Mora[2] Miguel Jacob Ochoa Andrade*[1] Freddy Barón Saldarriaga Mera[2] Oswaldo Enrique Moreno Jaramillo[2] Margarita Monserrate Santana López[3] José Santiago Yacelga Marcillo[4] Diana Elizabeth Parrales Matute[5] Mauricio Rodrigo Heredia Fuenmayor[5] Gabriel Alejandro Molina Proaño[5]
1. Universidad Central del Ecuador, Ecuador
2. Universidad San Gregorio de Portoviejo
3. Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí
4. Universidad Técnica de Manabí
5.
Hospital General del Sur de Quito
*Autor para la correspondencia: a8_miguel@hotmail.com
Doi: https://doi.org/10.16921/pfr.v9i3.350
PRÁCTICA FAMILIAR RURAL│Vol.10│No.1│Marzo 2025│Recibido: 6/02/2025│Aprobado: 20/03/2025
Cómo citar este artículoToala Mora AM, Saldarriaga Mera FB, Ochoa Andrade MJ, Moreno Jaramillo. OE. Rendimiento académico y ambiente educacional en ciencias de la salud. PFR [Internet]. 10(1). Disponible en: https://practicafamiliarrural.org/index.php/pfr/article/view/350 |
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Resumen
El rendimiento académico (RA) y el ambiente educacional (AE) son componentes fundamentales en la formación de profesionales de la salud. Este estudio destaca la influencia del AE en el RA de estudiantes de Ciencias de la Salud, subrayando su naturaleza multidimensional y la interacción de factores psicosociales, pedagógicos e institucionales. Un AE positivo promueve el pensamiento crítico, el aprendizaje autodirigido y el desarrollo ético, mientras que un AE negativo se asocia con estrés, dificultades académicas y deserción estudiantil. Además, el RA se consolida como un indicador clave de la calidad de la enseñanza, influenciado por los hábitos de estudio, la motivación, la infraestructura y los recursos tecnológicos. Para optimizar el proceso de enseñanza-aprendizaje, resultan esenciales estrategias como programas de tutorías, innovación curricular y el fortalecimiento de valores éticos. Estas intervenciones buscan mejorar el RA y apoyar la formación de profesionales de la salud competentes, éticos y socialmente responsables.
Palabras clave: rendimiento académico, ambiente educacional, educación en ciencias de la salud, calidad de la enseñanza, estrés estudiantil, innovación curricular, aprendizaje autodirigido, formación en salud
Academic performance and educational environment in health sciences
Abstract
Academic performance (AP) and the educational environment (EE) are critical components in the training of healthcare professionals. This study highlights the influence of EE on AP in Health Sciences students, emphasizing its multidimensional nature and the interplay of psychosocial, pedagogical, and institutional factors. A positive EE fosters critical thinking, self-directed learning, and ethical development, while a negative EE is linked to stress, academic difficulties, and student attrition. Additionally, AP serves as a key indicator of teaching quality, influenced by study habits, motivation, infrastructure, and technological resources. To improve the teaching-learning process, strategies such as mentoring programs, curricular innovation, and fostering ethical values are essential. These interventions aim to enhance AP and support the formation of competent, ethical, and socially responsible healthcare professionals.
Keywords: academic performance, educational environment, health sciences education, teaching quality, student stress, curricular innovation, self-directed learning, healthcare training
Introducción
La formación integral y de calidad en las Ciencias de la Salud constituye un pilar fundamental para transmitir conocimientos y habilidades esenciales a los estudiantes. Este proceso educativo no solo enfatiza la excelencia académica, sino también la importancia de los indicadores para la gestión de calidad en las Instituciones de Educación Superior (IES). Dichos indicadores abarcan aspectos como eficacia, eficiencia, pertinencia, equidad, vinculación, costos, beneficios, impacto, efectividad, recursos, relevancia, rendimientos, logros y limitaciones. Estos factores desempeñan un papel crucial en la evaluación y mejora continua de la calidad educativa (1).
Los valores y principios éticos, junto con un alto nivel de competencia científica y responsabilidad en los procesos de atención, son determinantes durante la formación de los estudiantes. Para las IES, garantizar estos elementos constituye una misión primordial. Los logros relacionados con la enseñanza y el aprendizaje pueden cuantificarse a través del rendimiento académico, el cual representa una piedra angular para alcanzar los objetivos establecidos en las asignaturas del plan de estudios. Este concepto multidimensional y contextual evalúa el progreso académico durante el periodo universitario, consolidándose como un indicador de la calidad de la enseñanza, valorado tanto por las autoridades universitarias como por la sociedad en general. Sin embargo, en la actualidad, la alta demanda estudiantil y otros desafíos han impactado negativamente en la calidad universitaria, evidenciando una desconexión entre el desarrollo de capacidades estudiantiles, valores éticos y compromisos sociales (2).
El rendimiento académico es un factor que influye significativamente en el éxito educativo, la deserción estudiantil y la suspensión de estudios. En el contexto latinoamericano, las investigaciones sobre educación médica y su relación con la vinculación social son limitadas. Sin embargo, se ha demostrado que un entorno de aprendizaje positivo puede potenciar el rendimiento académico. Dicho entorno se define por factores relacionados con los cursos, el currículo, los docentes, los estilos y las técnicas de enseñanza. Estos elementos son determinantes para la motivación y percepción estudiantil, y por ende, para los resultados del aprendizaje. Por el contrario, un ambiente educacional negativo puede asociarse directamente con alteraciones psicológicas y deserción estudiantil, lo que subraya la importancia de un entorno académico favorable (3).
La deserción estudiantil es un indicador relevante que refleja la interacción entre factores institucionales, personales y de insatisfacción estudiantil. Entre estos factores se encuentran la complejidad de los estudios, las condiciones institucionales, los servicios de apoyo, el ambiente estudiantil, la relación estudiante-profesor y las pruebas de ingreso a la carrera (4).
La relevancia de este tema radica en comprender cómo el ambiente educacional afecta el desempeño académico y cómo su evaluación podría mejorar la calidad de la formación en las IES. Al identificar debilidades y fortalezas, se podrán desarrollar estrategias dirigidas a optimizar el ambiente educacional, lo que impactará directamente en el rendimiento académico. Por ello, el presente artículo tiene como objetivo analizar la influencia del ambiente educacional en el rendimiento académico de los estudiantes de Ciencias de la Salud.
Desarrollo
La implementación de procesos organizativos basados en estándares e indicadores contribuye significativamente a la mejora de la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje en las Instituciones de Educación Superior (IES). Elementos como el trabajo en equipo, la toma de decisiones, la comunicación efectiva y la orientación hacia la colectividad educativa fomentan la reflexión y el cambio institucional mediante la implementación de planes y acciones alineados con los sistemas de garantía de calidad docente, particularmente en el área de Ciencias de la Salud.
Ambiente educacional en el área de la salud
El ambiente educacional (AE) es un sistema complejo que combina las condiciones materiales de la institución académica y las interacciones humanas dentro de ésta. Los estudiantes y docentes perciben el AE en función de criterios como la infraestructura universitaria, la distribución de clases y carga horaria, las tecnologías de la información y comunicación, los sistemas de apoyo estudiantil y la comunicación interpersonal.
El modelo educativo basado en competencias promueve la igualdad, fomenta la formación en valores y refuerza el humanismo en los futuros profesionales de la salud. Los médicos deben formarse con calidad humana, así como con responsabilidad y compromiso para brindar una atención sanitaria de excelencia. Este enfoque busca fortalecer la ética en docentes y estudiantes, promoviendo valores como la integridad, el respeto, la justicia, la humildad, la prudencia y la ejemplaridad.
Los modelos pedagógicos también deben fomentar entornos de aprendizaje que estimulen la participación y cooperación entre los estudiantes, orientándose a resolver los problemas de salud que enfrenta la población. Estos modelos garantizan una educación integral, equitativa y de calidad, incorporando estrategias curriculares innovadoras que respondan a los desafíos del mundo moderno. Estudios recientes evidencian que un AE favorable repercute positivamente en el proceso formativo, promoviendo el pensamiento crítico, el aprendizaje autodirigido y el dominio integral de los contenidos (5).
Cuando se habla de AE se refiere a la infraestructura y las relaciones humanas que existe en un centro educativo, los estudiantes exigen el mejoramiento de la programación de los tiempos y apoyo para manejo del estrés. Existen estudios que demuestran que los estudiantes de medicina experimentan más estrés que la población en general, en especial en el género femenino, siendo mayor en estudiantes de primer año, relacionado a factores emocionales y psicológicos en el ámbito familiar, laboral y docente.
El estrés académico se relaciona con la ansiedad durante los exámenes, la falta de tiempo para el estudio y la sobrecarga de tareas. Estas condiciones generan síntomas psicosomáticos que afectan tanto al sistema nervioso autónomo como al límbico. La globalización y los avances científicos exigen nuevos métodos de enseñanza que estimulen la investigación y el aprendizaje profundo, pero también abordan la desmotivación entre los estudiantes frente a los desafíos inherentes a la carrera (6).
La globalización y los cambios relacionados con nuevos descubrimientos y logros científicos, obliga a desarrollar nuevos métodos de enseñanza destinados a estimular la investigación y profundización de conocimientos en los estudiantes de Medicina. Las dificultades académicas de los programas en ciencias de la salud promueven un estado de desmotivación en los estudiantes. La alta demanda de tiempo y poco apoyo en la selección de un método de estudio adecuado contribuyen al problema. La motivación depende en gran medida de las preferencias personales (7).
Rendimiento académico en el área de la salud
El rendimiento académico (RA) se define como el logro de los objetivos educativos establecidos en los programas de estudio, constituyéndose en un indicador clave de la calidad de la enseñanza. Los hábitos de estudio, la organización del tiempo y la concentración influyen directamente en el éxito académico, superando factores como la memoria o la inteligencia innata (8).
El rendimiento académico (RA) constituye una medida del grado de cumplimiento de los objetivos y metas educativas previamente establecidos. Un desempeño académico bajo sugiere una deficiencia en la adquisición de los conocimientos necesarios para abordar y resolver problemas de manera efectiva. En este contexto, los hábitos de estudio emergen como un factor clave en la predicción del éxito académico, superando incluso la influencia de la memoria o la inteligencia. Estos hábitos se ven determinados por aspectos como la metodología aplicada, la organización, el tiempo dedicado al aprendizaje y la capacidad de concentración.
Dado el impacto de estos factores en el RA, resulta esencial implementar estrategias que fortalezcan el proceso de enseñanza-aprendizaje (PEA). Entre estas, destacan el refuerzo de programas de tutorías, la promoción de actitudes como la responsabilidad y la autodisciplina, así como el estímulo continuo de la autoestima de los estudiantes. Estas acciones, orientadas a optimizar el desempeño académico, son fundamentales para garantizar una formación integral y de calidad (9).
El rendimiento académico (RA) puede conceptualizarse como la relación entre los recursos personales aportados por el estudiante, tales como personalidad, motivación, aptitudes e intereses, y los resultados obtenidos en términos de aprendizaje y utilidad práctica. En el ámbito de la psicología educativa, el RA es un tema ampliamente estudiado debido a su relevancia como indicador del éxito educativo. Es lógico suponer que un mayor desarrollo de estas capacidades se traduce en un mejor desempeño académico.
En el área de Ciencias de la Salud, el RA refleja el grado de cumplimiento de los objetivos de aprendizaje estipulados en el programa de estudios. Esto abarca tanto la adquisición de conocimientos teóricos como el desarrollo de habilidades prácticas fundamentales para el ejercicio profesional en el ámbito sanitario. Su evaluación puede llevarse a cabo mediante diversos métodos, como exámenes, trabajos académicos, proyectos y valoraciones clínicas. Los estudiantes con un RA elevado suelen destacar en la práctica clínica y tienen mayores probabilidades de éxito en su desarrollo profesional (10).
Aunque el acceso a recursos tecnológicos, como plataformas virtuales y programas educativos, facilita el aprendizaje en entornos digitales, su disponibilidad no siempre asegura un uso eficaz (11).
El RA puede clasificarse en dos categorías principales: el "rendimiento académico inmediato", que se obtiene durante el proceso de formación, y el "rendimiento académico mediato", que se evalúa con la inserción de los egresados en el mercado laboral. Diversos factores inciden en el RA, incluyendo elementos pedagógicos, institucionales, sociodemográficos y psicosociales. Entre ellos destacan la calidad del entorno educativo, la enseñanza impartida, la infraestructura, la disponibilidad de recursos, la motivación del estudiante y el nivel educativo de los padres (12).
Generalmente, el RA se mide a través de calificaciones o la cantidad de matrículas realizadas en una carrera. Para optimizar este indicador, resulta esencial identificar y analizar los factores que lo afectan, permitiendo diseñar estrategias de intervención educativa dirigidas a mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje y, en última instancia, la calidad de la educación (13).
Conclusiones
El ambiente educacional (AE) constituye un factor determinante en el rendimiento académico de los estudiantes de Ciencias de la Salud, influenciado por la infraestructura, la interacción estudiante-docente, y el acceso a recursos tecnológicos. Un AE positivo fomenta el aprendizaje autodirigido y el pensamiento crítico, mientras que un AE deficiente puede generar estrés y afectar negativamente el desempeño académico.
Los modelos educativos centrados en competencias y valores humanistas promueven la formación de profesionales responsables y éticos. Estos modelos son esenciales para fortalecer habilidades prácticas y teóricas en estudiantes de Medicina, vinculándolas con la resolución de problemas sanitarios reales y la atención de calidad a la población.
El rendimiento académico no solo depende de habilidades cognitivas, sino también de factores psicosociales, como la motivación, la organización del tiempo y el manejo del estrés. Estos elementos deben considerarse al diseñar estrategias de intervención para mejorar el aprendizaje, especialmente en entornos con alta demanda académica.
El rendimiento académico en Ciencias de la Salud se mide mediante métodos diversos, incluyendo exámenes, proyectos y evaluaciones clínicas. Este enfoque multifacético permite evaluar tanto el conocimiento teórico como las competencias prácticas, siendo un indicador integral de la calidad de la enseñanza impartida.
La implementación de sistemas de tutorías, programas de apoyo académico y el diseño de estrategias curriculares innovadoras son fundamentales para optimizar el proceso enseñanza-aprendizaje. Estas iniciativas deben estar orientadas a fortalecer actitudes positivas, como la autodisciplina y la responsabilidad, contribuyendo así al desarrollo integral de los estudiantes.
Contribución de los autores
Los autores declaran haber contribuido de manera similar en la concepción de la idea, revisión bibliográfica, recolección y análisis de datos, redacción y aprobación final del manuscrito.
Conflicto de intereses
Los autores exponen la no existencia de conflicto de intereses
Fuente de financiamiento
Autogestión
Referencias bibliográficas