ARTÍCULOS DE REVISIÓN

Revisión rápida de la efectividad de los programas educativos de prevención del consumo de drogas en el ámbito escolar

Cristina Núñez-Vásquez[1], Jaime Angamarca-Iguago[1], Claudia Reytor-González[1], Mónica Izurieta Guevara[1], Daniel Simancas-Racines[1]

1. Universidad UTE, Facultad de Ciencias de la Salud Eugenio Espejo, Centro de Investigación en Salud Pública y Epidemiología Clínica (CISPEC), Ecuador.

DOI: https://doi.org/10.16921/pfr.v10i2.372

PRÁCTICA FAMILIAR RURAL│Vol.10│No.2│Julio 2025│Recibido: 1/06/2025│Aprobado: 20/07/2025

Cómo citar este artículo
Núñez-Vásquez C. Revisión rápida de la efectividad de los programas educativos de prevención del consumo de drogas en el ámbito escolar. PFR [Internet]. agosto 2025;10(2). Disponible en: https://practicafamiliarrural.org/index.php/pfr/article/view/372

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Resumen

Introducción: El consumo de drogas en jóvenes escolarizados es un desafío global de salud pública, afectando la salud individual, el rendimiento académico y el desarrollo colectivo. Las escuelas son entornos clave para la prevención, pues ofrecen una plataforma para llegar a niños y adolescentes. Esta revisión rápida sintetiza la evidencia sobre la efectividad de programas educativos de prevención de drogas en escuelas, con el fin de fortalecer las estrategias preventivas en este ámbito. Metodología: Se realizó una revisión rápida de la evidencia publicada en Medline, Biblioteca Cochrane y Google Académico. Se incluyeron revisiones sistemáticas con o sin metanálisis publicados hasta 2025, que proporcionaban información sobre resultados de los programas educativos de prevención del consumo. Resultados: Se identificaron cinco revisiones sistemáticas y siete revisiones sistemáticas con metaanálisis. Los hallazgos evidencian que estos programas tienen efectos positivos, principalmente en el conocimiento y actitudes hacia las drogas, aunque el impacto sobre la reducción del consumo no resulta consistentemente significativo. Conclusiones: Los enfoques interactivos y centrados en el desarrollo de habilidades sociales se encontraron que son más efectivos, especialmente cuando se aplican durante la adolescencia temprana. La evidencia es heterogénea y su efecto directo en la disminución del consumo de sustancias continúa siendo limitado.

Palabras clave: programas de prevención, política pública de drogas, escuela

Rapid review of the effectiveness of educational programs for the prevention of drug use in schools

Abstract

Introduction: Drug use among school-aged youth is a global public health challenge, affecting individual health, academic performance, and overall social development. Schools are key environments for prevention, as they provide a platform to reach children and adolescents. This rapid review synthesizes the evidence on the effectiveness of school-based educational drug prevention programs, with the aim of strengthening preventive strategies in this context. Methodology: A rapid review of the published literature was conducted using Medline, the Cochrane Library, and Google Scholar. Systematic reviews, with or without meta-analyses, published up to 2025 were included, provided they reported outcomes of educational programs aimed at preventing drug use. Results: Five systematic reviews and seven systematic reviews with meta-analyses were identified. The findings suggest that these programs have positive effects, mainly in improving knowledge and attitudes toward drugs. However, the impact on reducing actual drug use is consistently not significant. Conclusions: Interactive approaches and those focused on developing social skills were found to be more effective, especially when implemented during early adolescence. The evidence remains heterogeneous, and the direct impact of these programs on reducing substance use continues to be limited.

Keywords: prevention programs, drug policy, school

Introducción

El consumo de drogas en edad escolar representa un desafío para la salud pública a nivel mundial. Sus consecuencias trascienden la salud individual, afectando el rendimiento académico, el desarrollo psicosocial y colectivo. Esta problemática, al igual que otros aspectos del fenómeno de drogas, no se limita a una región, como lo evidencian estudios realizados en Europa, América del Norte y España (1). En este contexto, las escuelas se consolidan como entornos estratégicos para la implementación de programas de prevención, al ofrecer una plataforma accesible para alcanzar a un amplio número de niños y adolescentes en una etapa crítica de su desarrollo (1), la cual puede verse comprometida por el uso de sustancias psicoactivas. La necesidad de abordar esta problemática mediante estrategias basadas en evidencia científica robusta, particularmente a través del análisis de revisiones sistemáticas y metaanálisis, resulta fundamental para identificar los enfoques más efectivos y optimizar los recursos disponibles (2). Tal como ha apuntado las Naciones Unidas (NNUU) es fundamental ofrecer programas de prevención con énfasis en niñez y adolescencia (3), por lo tanto, este insumo resulta necesario para reconocer algunas líneas de trabajo que pueden servir como base para iniciar o fortalecer el campo preventivo con enfoque en el ámbito escolar. El objetivo de esta revisión rápida es sintetizar la evidencia disponible en revisiones sistemáticas y metaanálisis y mixtos sobre la efectividad de los programas educativos de prevención del consumo de drogas enfocados a estudiantes en el ámbito escolar, abordando los tipos de programas evaluados, las poblaciones estudiantiles a las que se dirigieron, las medidas de resultado utilizadas y las limitaciones inherentes a la evidencia actual.

Métodos

Se realizó una revisión rápida para revisiones sistemáticas sobre la efectividad de programas educativos para la prevención del consumo de drogas en contextos escolares. Se realizó una búsqueda en Medline, Cochrane Library y Google Scholar, utilizando lenguaje libre y términos controlados, adaptados a cada base de datos. Se emplearon palabras clave relacionadas con revisiones de alcance, revisiones sistemáticas y metaanálisis sobre programas de prevención del consumo de drogas, incluidos alcohol y tabaco, con énfasis en el contexto escolar. Se incluyeron revisiones sistemáticas con o sin metaanálisis publicados en inglés o español que evaluaran programas educativos de prevención del consumo de drogas (incluyendo alcohol y tabaco) en contextos escolares. Se consideraron estudios que reportaran resultados relacionados con reducción de consumo, modificación de actitudes o aumento del conocimiento sobre drogas en estudiantes. Se excluyeron estudios primarios, revisiones narrativas y estudios que no especificaran el ámbito escolar. Dos revisores de forma independiente evaluaron los títulos y resúmenes identificados en las búsquedas para determinar su elegibilidad. Posteriormente, se revisaron los textos completos de los estudios potencialmente relevantes para confirmar su inclusión, considerando solo revisiones sistemáticas y metaanálisis que cumplieran los criterios previamente definidos. Las discrepancias se resolvieron mediante consenso. La extracción de datos fue realizada por dos autores de forma independiente. Se extrajo la siguiente información de cada revisión sistemática incluida: identificación del estudio, tipo de estudio, fecha de búsqueda, número de estudios incluidos y conclusiones principales. Se recopilaron datos de cualquier estimación de efecto numérico que fuera proporcionada en los estudios. Se realizó un análisis cualitativo de los estudios incluidos en la revisión.

Resultados

Este estudio reunió cinco revisiones sistemáticas y siete revisiones sistemáticas con metaanálisis centradas en la evaluación de la efectividad de programas educativos de prevención del consumo de drogas en contextos escolares. En conjunto, estos trabajos analizan programas escolares. Los resultados dan cuenta de una tendencia de mayor efectividad hacia los enfoques interactivos y aquellos que promueven el entrenamiento en habilidades sociales y de resistencia frente a la presión externa (1,4–10), así como las terapias cognitivo-conductuales en intervenciones específicas dirigidas al cambio de comportamiento. Estos tipos de programas, de manera general, están dirigidos a estudiantes de educación media y presentan una mayor probabilidad de generar efectos positivos, especialmente en la prevención del consumo de cannabis, tabaco. (4). El detalle puede consultarse en la Tabla 1.

Tabla 1. Características de estudios incluidos sobre la efectividad de programas escolares de prevención del consumo de drogas

Autor/ Año Alcance Temática Población Diseño metodológico Número de estudios incluidos Resultados
Faggiano et al. (2014) Internacional Prevención escolar de drogas ilícitas Estudiantes (varias edades) Revisión sistemática Cochrane 53 ECAs Programas combinados mostraron efectos protectores pequeños pero consistentes.
Tobler et al. (2000) EE.UU. Programas escolares de prevención de drogas Adolescentes escolares Revisión sistemática y metanálisis   207 programas Programas interactivos demostraron ser superiores tanto clínica como estadísticamente frente a los programas no interactivos.
Strom et al. (2014) Noruega/Europa Prevención escolar contra alcohol Adolescentes Revisión sistemática y metanálisis 28 ECAs Las intervenciones escolares mostraron efectos positivos en medidas continuas de consumo de alcohol, pero no en resultados categóricos.
Soole et al. (2008) Australia Intervenciones multifacéticas Escolares (medio) Revisión sistemática y metanálisis 58 estudios empíricos Uso de drogas ilícitas, efectos de la interactividad, sesiones de refuerzo.
Melendez-Torres et al. (2018) Internacional Revisiones multifacéticas Estudiantes escolares (4-18 años) Revisión sistemática y metanálisis 7 ECAs Resultados positivos en programas con alto nivel de interactividad, duración o intensidad significativa en el tiempo, en educación media
Champion et al. (2013) Internacional Revisión sistemática de estudios experimentales Estudiantes escolares Revisión sistemática 12 ECAa Evidencia de programas apoyados en Internet o computadoras son escasos pero muestran ventajas en su implementación.
MacArthur et al. (2016) Internacional Revisión sistemática de intervención con pares Jóvenes 11-12 años Revisión sistemática 14 ECAs Intervenciones por pares muestran potencial en la prevención del consumo de sustancias, pero la evidencia es limitada.
Tinner L. et al. (2022) Internacional Revisión sistemática de intervenciones escolares sobre inicio consumo de tabaco Estudiantes escolares 8-25 años Revisión sistemática y metanálisis 50 ECAs Currículos escolares que combinan enfoques de competencia e influencia social son efectivos para prevenir el inicio consumo de tabaco.
Agabio  et al. (2015) Europa Revisión sistemática Estudiantes escolares Revisión sistemática 53 ECAs Programa Unplugged de prevención del consumo de sustancias mejor evidencia de efectividad en el contexto europeo
Flynn et al. (2015) Estados Unidos Revisión sistemática de programas de prevención Escolares (medio) Revisión sistemática 6 ECAs Evidencia independiente sobre programas escolares universales de prevención en educación media es escasa y muestra poca efectividad. Necesidad de nuevos enfoques.
Wilson et al. (2001) Internacional Programas escolares de prevención del consumo de sustancias y conductas Escolares Revisión sistemática y metanálisis   165 estudios Pocos efectos pero consistentes, en intervenciones centradas en el desarrollo de habilidades sociales o en el entorno escolar. Alta variabilidad entre estudios y la falta de evaluación rigurosa.
Lize et al. (2017) América del Norte Metaanálisis de estudios empíricos de programas interactivos de prevención del consumo de cannabis. Escolares (medio) Revisión sistemática y metanálisis 30 estudios empíricos Programas interactivos muestran efectos modestos pero significativos en la reducción del consumo de cannabis, especialmente cuando son implementados por profesores capacitados.

Fuente: Elaborada por los autores. Abreviaturas: ECAs: Ensayos clínicos aleatorizados.

Las revisiones sistemáticas muestran resultados diversos sobre la efectividad de los programas educativos de prevención del consumo de drogas, lo que refleja un panorama complejo y no concluyente. Algunas revisiones reportan efectos pequeños pero positivos en la prevención del consumo de sustancias, mientras que otras no encuentran impactos significativos sobre el comportamiento real de consumo (2).

De los programas de prevención evaluados, se identifican diversas categorías con diferentes enfoques teóricos y metodológicos (Tabla 2):

Tabla 2. Tipologías de programas educativos de prevención del consumo de drogas en el ámbito escolar y su efectividad reportada

Tipo de programa Descripción Hallazgos de efectividad
Informativos (11) Brindan información sobre drogas y sus consecuencias Aumentan el conocimiento, pero con bajo impacto en actitudes y comportamientos
Afectivos (12) Enfocados en desarrollo personal y autoestima Baja eficacia para reducir consumo de drogas ilícitas
Habilidades sociales (13). Enseñan habilidades de autogestión, interpersonales y cognitivas Pueden reducir consumo (especialmente cannabis), pero resultados no siempre significativos
Influencia social (5,13) Educación normativa y habilidades de resistencia; corrigen percepciones Efectivos en reducir consumo de cannabis a corto plazo
Interactivos (14) Promueven participación, role-playing, discusión entre pares Más efectivos que metodologías no interactivas
Multifacéticos (2) Combinan información, habilidades y estrategias contra presión social Evidencia limitada sobre su impacto en drogas ilícitas
Dirigidos por pares (5,15,16) Facilitados por estudiantes Efectivos, especialmente en prevención de tabaco, alcohol y posiblemente cannabis
Escuela completa (17) Enfoque institucional más allá del currículo Identificados como más efectivos
Basados en tecnología (18) Intervenciones vía computadora o internet Potencial para reducir consumo de alcohol, cannabis y tabaco
Integrados Fusionan educación para la salud con contenido académico Pequeños pero significativos en reducción de consumo

Fuente: Elaborada por los autores

participación de los estudiantes se confirman como componentes esenciales. La evidencia muestra que los tamaños de los efectos positivos en prevención en el ámbito escolar suelen ser modestos, lo que lleva a pensar que si bien las intervenciones tienen impacto, puede variar los resultados dependiendo del tipo de sustancia, el grupo etario. Además, algunos de los estudios revisados incorporaron ensayos clínicos aleatorizados (ECA), que puede demostrar mayor solidez de los resultados(11,16). Ciertos metanálisis sugieren que la efectividad de las intervenciones preventivas podría incrementarse en los seguimientos a largo plazo, lo que implica que los efectos beneficiosos podrían verse a lo largo del tiempo. Asimismo, se reconoce que el tipo de sustancia que aborda cada programa, alcohol, tabaco, cannabis u otras drogas, es una variable que incide también en la efectividad (2,4,23,24). Un factor transversal que influye en la solidez de estas conclusiones es la calidad metodológica de los estudios primarios que se incluyen en algunas de las revisiones sistemáticas y metaanálisis, por lo que es esencial considerar el diseño metodológico cuando se pretenda replicar los programas (6). La efectividad de los programas puede variar según el nivel de riesgo al que esté expuesta la población y el contexto en general en el que se desarrollan las intervenciones. Los estándares de NNUU subrayan la importancia del contexto y lugar donde se implementan los programas. Según las Normas Internacionales para la Prevención del Uso de Drogas de la UNODC (Oficina de las NNUU contra la Droga y el Delito), la prevención debe estar integrada en entornos naturales y relevantes para los niños y jóvenes (ambiente escolar, familia y comunidad), para maximizar su efectividad (25). Algunos programas han demostrado ser más eficaces en estudiantes de bajo riesgo inicial de consumo, mientras que otros, diseñados específicamente para poblaciones en riesgo, han arrojado resultados prometedores (6,12,20,26).

La evidencia muestra que la efectividad de los programas debe estar en sintonía con las etapas de desarrollo tanto psicológico y cognitivo de los grupos objetivo, lo que implica la importancia de adaptar los enfoques de acuerdo con grupos de edad y nivel educativo (27). La concentración de evidencia que respalda la efectividad de los programas dirigidos a estudiantes de escuela intermedia para la prevención de drogas ilícitas y cannabis. La adolescencia temprana podría ser un período crítico para la intervención. La necesidad de programas apropiados para el desarrollo resalta la importancia de adaptar el contenido y los métodos de entrega a la etapa específica de los estudiantes. La existencia de programas diseñados para jóvenes en riesgo y que han demostrado ser efectivos subraya el valor de las intervenciones específicas como parte de una estrategia de prevención integral (14,28). La superioridad constante de los programas interactivos está en la participación activa en el aprendizaje con uso de dispositivos electrónicos (18). Esto resulta principalmente importante a nivel escolar siendo este un espacio ideal para las intervenciones preventivas como ya se reconocería en diferente evidencia sobre drogas (25,29). La eficacia de programas dirigidos por pares sugiere que aprovechar la influencia de los compañeros puede ser una estrategia valiosa. El beneficio de combinar diferentes enfoques teóricos indica que el consumo de sustancias es un comportamiento complejo que se aborda mejor mediante intervenciones multifacéticas. A lo largo de la revisión se identificó limitaciones metodológicas en estudios primarios, incluyendo la falta de información detallada sobre la realización de los estudios (13,22). Existe una notable escasez de investigación independiente que evalúe la efectividad de los currículos universales de prevención de drogas en la escuela intermedia, que dificulta la obtención de conclusiones definitivas para este grupo de edad (30).

La evidencia, además, revela la existencia de heterogeneidad en las intervenciones, poblaciones estudiantiles estudiadas y medidas de resultado utilizadas lo que complica la síntesis cuantitativa de la evidencia (1,7). La fidelidad de la implementación de los programas, es decir, el grado en que se aplican éstos de acuerdo como fueron diseñados, es un factor fundamental y que a menudo no se evalúa y que puede llegar a comprometer la efectividad de las implementaciones (10). Es necesario que se incorporen elementos de seguimiento de intervenciones de prevención (29) contemplando la evaluación desde el diseño metodológico. Se ha mostrado que existen desafíos en las implementaciones de programas de prevención, como dificultades para realizar la aleatorización a nivel individual, la necesidad de grandes tamaños de muestra en estudios de ensayos aleatorizados y la complejidad de asegurar que las diferencias en los resultados reflejen el impacto del tratamiento y no diferencias preexistentes entre los grupos (7,9). Se denota falta de consenso sobre qué programas son realmente efectivos y cuáles son los criterios para una evaluación de alta calidad. Se sugiere considerar los contextos en los que se realiza cada acción para evitar sesgos que pueden surgir desde los implementadores de los programas (1,10,30), es entonces oportuno que se considere evidencia previa y otras líneas de sugerencias técnicas para el diseño de programas preventivos como los Estándares Internacionales para la Prevención del Uso de Drogas. Los recursos limitados y la evaluación constituyen desafíos significativos (30). Se hace necesario recordar que diferentes organizaciones enfatizan en la importancia de invertir en prevención, siendo rentable a largo plazo, especialmente en países de bajos ingresos. Un estudio del NIDA (Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos) estimó que las conductas de alto riesgo en adolescentes generaron más de 327 millones de dólares en costos hospitalarios, sin embargo, estas conductas (violencia, consumo y autolesiones) son prevenibles mediante intervenciones psicosociales, y enfatizó que programas preventivos podrían generar ahorros de hasta 25 dólares por cada dólar invertido, beneficiando al sistema de salud así como a sectores como educación, justicia y seguridad pública (31,32). La complejidad de algunos programas y la falta de claridad sobre sus componentes dificultan la réplica y evaluación de la fidelidad de la implementación (8). Existen barreras prácticas para abordar el consumo de sustancias entre los adolescentes, como las limitaciones de tiempo en el entorno escolar, la percepción de que los estudiantes no siempre son honestos al informar sobre su consumo, la falta de capacitación específica para los profesionales encargados de la prevención (8,10), y otras limitaciones estructurales como infraestructura adecuada, recursos financieros, técnicos y tecnológicos. La persistencia de limitaciones metodológicas en los estudios primarios, la escasez de evaluaciones independientes y la falta de evidencia disponible en diversas regiones, particularmente en América Latina, y en poblaciones específicas, muestran la urgente necesidad de ejecutar investigaciones más profundas, rigurosas y contextualizadas, que aseguren una presentación clara y transparente de los resultados.

Conclusiones

La evidencia recopilada sugiere que los programas educativos de prevención de drogas en el ámbito escolar pueden llegar a tener alto potencial de influir positivamente en el conocimiento y las actitudes de los estudiantes hacia las drogas. Sin embargo, la revisión de estos cambios a largo plazo es limitada, puesto que datos a lo largo del tiempo respecto de las actitudes de los estudiantes frente a las drogas resultan un desafío complejo de abordar. Los tipos de programas que han demostrado ser más efectivos son aquellos que tienden a adoptar un enfoque interactivo y más amplio que conjuga información, desarrollo de habilidades sociales y de resistencia, pudiendo ser apoyados o dirigidos por pares.

Los programas puramente informativos, por sí solos, parecen tener un impacto menor en el comportamiento de los estudiantes. Estos hallazgos pretenden sentar una base para que se reconozcan las mejores prácticas para el diseño e implementación de programas de prevención, en los que deberán incluirse la difusión de resultados de las acciones preventivas accionadas. El desafío de garantizar la fidelidad de la implementación sugiere que incluso los programas bien diseñados podrían no alcanzar sus objetivos si no se ejecutan según lo previsto, lo que implicará una fuerte capacitación a los implementadores de los programas. La heterogeneidad en las intervenciones, poblaciones y resultados dificulta la síntesis de la evidencia y la obtención de conclusiones definitivas sobre la efectividad de los programas escolares de prevención de drogas.

Además, se debe prestar atención a garantizar la fidelidad de la implementación de los programas, proporcionando la capacitación y los recursos necesarios para estos fines. Para futuras investigaciones, es crucial abordar las limitaciones metodológicas, y ampliar la búsqueda hacia resultados de programas de prevención en diversas regiones a nivel global, en tanto que la presente revisión identificó evidencia de países de mayores ingresos. La limitada eficacia de los programas puramente informativos pone de manifiesto la complejidad del comportamiento de consumo de sustancias, influenciado por una multitud de factores que superan el conocimiento de los riesgos sobre los usos.

Financiamiento

El trabajo de investigación ha utilizado recursos propios de los autores.

Conflictos de interés

Ninguno

Referencias

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